El Poder de un Mural Colectivo

No podríamos haber pedido un cierre más hermoso para nuestro tiempo en Mixtequilla: con colores, pinceles e historias compartidas, llevamos el arte a los muros del pueblo.

Si nos has acompañado desde el inicio, sabrás que para nosotras los murales son más que decoración. Son recordatorios vivos de que la verdadera riqueza de un territorio es su gente—y que ninguna crisis o dolor puede arrebatarnos nuestra identidad o valor.

Hoy más que nunca reconocemos el poder de reunirnos como mujeres para influir en las decisiones sobre nuestro territorio y visibilizar la violencia que enfrentamos cada día como quienes sostenemos la vida comunitaria.

Para marcar el cierre de este capítulo, invitamos a la artista Jade a co-crear un mural comunitario junto a las mujeres de Mixtequilla. Fue una experiencia profundamente enriquecedora, reflejo del espíritu colectivo y la belleza emocional del grupo de mujeres que hemos construido durante el último año.

Ahora es momento de llevar nuestro programa Mujeres Mapeando el Territorio a una nueva comunidad. Pronto compartiremos más detalles—pero antes, queremos dejarte con la emotiva reflexión de Jade sobre su tiempo con nosotras:

“He compartido muchos talleres de muralismo colectivo con niñas, niños y adolescentes. Esta fue mi primera vez haciéndolo con mujeres—madres, jefas de familia, mujeres adultas que cuidan de sus hogares y de sus comunidades.

Me sentí profundamente conmovida y orgullosa de ellas, y agradecida por el trabajo que me permite adentrarme en la vida cotidiana de una comunidad como esta.

Fue poderoso ser testigo de su empatía y sensibilidad, de su disposición a intentar algo nuevo, a dejar literalmente su huella. Se dieron permiso de crear, de estar presentes como círculo, como equipo de mujeres que no temen la crítica—mujeres que se apoyan, que salen de sus roles habituales para mirarse y cuidarse entre sí.

Estoy profundamente agradecida por esta oportunidad de conectar a través del arte, de fortalecer estos círculos de mujeres enraizadas en la comunidad.

Gracias por permitirme entrar en su tierra y en sus vidas. Lo que he aprendido al compartir tiempo con estas mujeres—y al experimentar la riqueza de su cultura e identidad—es invaluable.

Espero que este mural se convierta en una semilla de creatividad. Que inspire alegría y bienestar. Que a través de él puedan verse a sí mismas como guardianas de la tierra, como artistas, como mujeres capaces de transformar su mundo—reconociendo su belleza, su poder y su unicidad en sus rostros, sus mentes y sus corazones.”

Gracias por creer en este camino. Cada paso, cada pincelada, es posible gracias a tu apoyo.

Con profunda gratitud,

Equipo de Una Mano para Oaxaca

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